Trail Aldeas do Courel 2017
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El pasado 27 de mayo tenía lugar el que para mí es EL TRAIL. Mi prueba fetiche y para qué negarlo, mi favorita: Trail Aldeas do Courel, el trail del bosque.
Por tercer año consecutivo opté por apuntarme a la opción de minitrail. Además me acompañaba una buena amiga a la que pretendía convencer de la belleza de los montes de Galicia para que me visitara de nuevo y creo que con los espectaculares paisajes que ofrecía este trail, tenía el trabajo ganado.
No os voy a contar seguramente nada nuevo si os digo que este trail de Galicia Máxica Trail Adventure tiene lugar en sábado y no en domingo como es habitual en un trail y es que era la única prueba que hasta ahora contemplaba un Ultra (este año también tendremos esa opción en el trail Montes de Vigo).
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DISTANCIA:
Un recorrido Mini de 16 kilómetros, otro de 40 para el trail y 80 maravillosos kilómetros con la subida al Monte de Penaboa para los valientes del Ultra. Además este año también teníamos la opción de Andaina con 6 kilómetros, una opción estupenda sobre todo para los acompañantes del trail.
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DESNIVEL:
- Andaina 450m positivos.
- Mini 1000m positivos.
- Trail 2300m positivos.
- Ultra 4850m positivos.
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ALTITUD MÁXIMA:
- Andaina 729m.
- Mini 1020m.
- Trail 1323m.
- Ultra 1553m.
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TIEMPOS MÁXIMOS:
Para el mini no existía tiempo máximo. Para el trail había un tope de 9 horas y para el trail se llegaban a las 20 horas.
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AVITUALLAMIENTOS:
- Contábamos con uno en el mini trail.
- Tres avituallamientos para el trail.
- Ocho para el caso del Ultra.
Además todos los corredores tuvimos avituallamiento final en donde, por supuesto, no pudo faltar QUESO con MEMBRILLO, mi mejor final.
Tras visualizar los perfiles de la carrera, los datos técnicos y teneros asustados a todos con el perfil del Ultra, ¡comenzamos la crónica!
Trail Aldeas do Courel, allá vamos
Al tratarse de una prueba que discurría en Sábado, mis compis y yo tuvimos que desplazarnos hasta Seoane do Courel el viernes, lugar de salida del trail Aldeas do Courel y dónde tuvimos que recoger los dorsales. Ave, Isa, Rebe y yo, los cuatro fantásticos aterrizamos en Seoane a última hora de la tarde. Con los dorsales recogidos y tras toparnos con muchas caras conocidas, optamos por cenar en Seoane y cargar pilas con un buen caldo gallego y fideos para coger fuerzas de cara a la mañana siguiente.
Otro año más opté por hospedarme en el albergue A Reboleira, en Fonfría, a apenas media hora de Seoane y dónde el trato siempre ha sido de 10. Un albergue de peregrinos cómodo, en el que pudimos alojarnos en habitaciones dobles a un precio estupendo.
A las 6 de la mañana sonaba el despertador. Tostadas con mantequilla y mermelada además de un café bien cargado y ¡rumbo a Seoane! Mi compañero Ave se atrevió con los 40 kilómetros y la salida tenía lugar a las 7:30 (la nuestra se retrasó hasta las 8:30).
La salida
Siempre me sorprende ver salir a los corredores del Ultra. Es espectacular. Parecen auténticos súper hombres y súper mujeres. La envidia sana me come por dentro y siempre pienso “algún día yo también correré esta distancia”. Allí encontré a mi compañera Vanesa, otra cara conocida de los trails y cómo no, veterana de esta distancia en el Trail Aldeas do Courel.
Tuvimos un día perfecto. El sol no terminaba de salir pero la temperatura era la mejor. Ligeras ráfagas de viento que no dejaron que pasáramos mucho calor. Corría muy cómoda y disfrutaba como una auténtica enana en las bajadas. Creedme cuando os digo que el paisaje del Courel es cosa de otro planeta y sí, reconozco que soy una enamorada total de esta zona.
Y aun siendo veterana, en una de estas bajadas largas y maravillosas en las que solo miraba al suelo para no caerme y me resultaba imposible poner el freno, de repente habíamos llegado al colegio donde salimos. ¿Pero y los dos kilómetros que nos faltan? Retrocedimos un poco hasta encontrarnos con otros tres compañeros que corrían la distancia de 40 kilómetros y que también se habían perdido. Pero no supimos encontrar el punto exacto en el que optamos por el camino incorrecto.
La llegada
A ellos no les quedó más remedio que retroceder pero nosotras tuvimos que seguir, recortando un par de kilómetros hasta cruzar la meta. Reconozco que me sienta especialmente mal recortar kilómetros aunque era la primera vez que me pasaba. En más de un trail me ha tocado correr kilómetros de más y aunque a veces corres sin gasolina en el cuerpo, también tiene su gracia perderse.
La llegada a meta en el Trail Aldeas do Courel se ha convertido en algo muy especial porque tras tres participaciones y tantas caras conocidas, cruzas la meta con el sentimiento de llegar “a casa”. Allí esperaban Damián, haciendo de fotógrafo y Pi, como siempre incombustible.
Por supuesto di buena cuenta del queso con membrillo y tras una ducha rápida y una breve pausa de descanso, Pi me daba la oportunidad de entregar las medallas a todos los corredores del trail, algo que hice encantada. No sabría explicaros la sensación que tenía al ver a todos los corredores llegar tras tanto esfuerzo y muchos de ellos derrotados. Me encontraba tan emocionada que tuve claro que el próximo 2018 mi distancia sería el trail y dejaría atrás el mini.
Y tras 8 horas desde que comenzó el trail, llegaba nuestro compañero Ave al que entregaba la medalla y con él, terminaba mi labor por ese día.
Nos quedan dos carreras para terminar el circuito de GMTA: Padrenda y Vigo. Y aún no tengo clara cuál va a ser mi distancia para Vigo. ¿Apostamos algo? ¿Qué decís? ¿MINI? ¿TRAIL? ¿O ULTRA?….
LO MEJOR
El paisaje, sin duda. Volvería mañana sin dudarlo. No me canso de la zona de Courel ni de sus vistas. Además el poder haber colaborado echando una mano a la organización con la entrega de medallas y poder seguir conociéndolos cada vez un poquito más desde dentro es un súper punto a favor.
LO PEOR
Quizás lo único malo del trail fue la pérdida de esos dos kilómetros al final. Aún no sé en qué punto exacto nos perdimos y la verdad es que me quedaré con la curiosidad…
¡NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA!
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