¿Qué vas a encontrar en este post?
Seguro que no es la primera vez que escuchas hablar sobre estos tres términos, pero ¿tienes realmente clara cuál es la diferencia entre ellos y a qué se refiere cada uno? Tranqui, que para eso ¡estoy yo!
Voy a explicártelo con una sola frase para después profundizar un poco más sobre el tema:
Visto así, parece fácil la diferencia ¿no te parece? Pero vamos a meternos un poco más en faena.
Con la consultoría buscamos presentar una solución a un problema concreto. Y eres tú quién deberá exponer dicho problema, es decir, debes acudir a ella con unas preguntas u objetivos concretos.
Definir la duración de una consultoría es complicado ya que cada profesional establece sus tiempos. Te diré que las mías constan de una hora de duración, para que te resulte orientativo. Te imaginarás la importancia de llevar las preguntas preparadas para aprovechar el tiempo ¡al máximo!
Llevándolo a mi terreno, seré yo quién observaré ese problema que planteas, buscaré una solución que te trasladaré y después serás tú quien deba buscar cómo llevar a cabo esa solución que hemos planteado.
Se trata de un servicio que te aportará calidad y sobre todo te dará alternativas para solucionar un problema con el que quizás estés atascado y de este modo te echará una mano en el posible bloqueo que puedas tener.
Otro servicio exprés pero la diferencia con respecto a la consultoría es que directamente te cuento cómo ejecutar esas soluciones.
Sumado a la última frase que te he marcado en la consultoría, aquí, no tendrás que buscar cómo ejecutar las soluciones, sino que seré yo quién te de las herramientas y directrices para hacerlo.
Un servicio algo más complejo puesto que aquí, realmente, no sabes cuál es el problema, con lo que la auditoría necesita de un análisis más extenso e interno en el que tu colaboración será crucial.
Sientes que hay un problema en tu negocio, pero no sabes identificar dónde ni qué está fallando. Necesitarás entonces de una auditoría para encontrarlo.
Sin duda el programa más completo y el que más me gusta con diferencia y es que aquí, tu mentor te acompañará en todo el camino desde el inicio hasta el final.
El mentor compartirá contigo su “saber hacer”, todo su conocimiento y experiencia para acompañarte desde un punto A hasta un punto B, paso a paso. Las mentorías pueden ser grupales o individuales.
Me gusta recalcar en este caso, la grandísima diferencia que existe entre un mentor y un curso guiado, por ejemplo. En la mentoría hay una mayor implicación en el proceso por parte de ambas partes (y para qué negarlo, el mentor te presionará para realizar las tareas que te encomiende). Y esa presión, créeme, a veces la necesitamos todos.
Y ahora otra de las grandes preguntas, ¿pero la mentoría es lo mismo que coaching? Y te diré: NO, no es lo mismo.
Un coach no te acompaña de la misma forma en el camino que un mentor. El coach usa herramientas y preguntas para que reacciones y seas tú quién encuentre las respuestas que necesitas. Te ayuda a que seas tú quién encuentre alternativas y soluciones.
Si buscas algo más práctico y directo, te recomendaría sin duda las mentorías.
No me quiero despedir sin hablarte antes de otra de las opciones que me resulta muy interesante y son las Masterminds, término que hace referencia a un grupo reducido de personas, de 5 a 10 por lo general, en el que los miembros trabajan unidos hacia la consecución de un objetivo o ponen en común todo lo aprendido en el camino, en una reunión (mastermind) final.
Supone un empujón extra a la hora de conseguir tus objetivos ya que al tener que “rendir cuentas” frente al resto del equipo, el compromiso, por lo general, suele ser mayor.
Y ahora que ya te he contado cuáles son las diferencias, ¿tienes claro cuál de las cuatro opciones necesitas?
Si necesitas consultarme algo o te ha quedado alguna duda, puedes hacerlo a través del formulario de contacto o directamente a través de mi perfil de Linkedin. Estaré encantada de ayudarte 🙂
¡Gracias por leer!
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