Correr está de moda. Eso lo tenemos todos claro. Pero ¿Qué pasa ahora con el trail running? O lo que es lo mismo: correr en montaña.
Como muchos sabréis, soy aficionada a esta disciplina y tengo claro que a día de hoy, no la cambio por nada. Pero ¿por qué de repente tanta afición a correr en montaña?
En primer lugar (y probablemente el más importante), el marketing llevado a cabo por algunas marcas como Salomon, The North Face o New Balance, creando una amplia gama de productos exclusivos para trail running ha propiciado una importante crecida de aficionados a esta disciplina. Además muchas de estas marcas se han implicado a fondo en la organización y patrocinio de algunas ya famosas carreras de montaña como el Ultra Trail del Montblanc.
Y está bien que las marcas se lancen a publicitar sus productos pero por muy bonitas que sean unas zapatillas, no nos vamos a lanzar al monte a correr ¿Verdad? Hace falta una chispa más. Aquí entra en segundo lugar “La figura mediática”. Ese corredor de montaña por excelencia que hace que todos soñemos con parecernos al menos en un 10% a él. ¿El ejemplo más absoluto a mi juicio? Kilian Jornet.
Pero aún necesitas algo más. Algo que te enganche. ¿Qué locura nos lleva a levantarnos un domingo a las 6 de la mañana, con un temporal infernal, calzarnos el equipo y llenarnos de barro corriendo en la montaña? Las zapatillas de última generación están bien y que Kilian salga y llegue primero también pero ¿qué falta? EGO. Ese ego que nos lleva a ser mejores cada día, a superarnos un poco más, a llegar un kilómetro más allá buscando el límite y poder alcanzar lo que ayer parecía imposible.
La montaña ha cambiado mi forma de entender el deporte. Siempre cuento que cuando corro en asfalto, necesito muchas veces cargar con unos cascos y música para no pensar. Pero en la montaña no necesito NADA. La montaña es ese lugar donde puedo quitarme la máscara y ser tal como soy. Un lugar donde poder conocerme a mí misma. Me hace pequeña pero también inmensamente grande a cada kilómetro que recorro. Soy terriblemente frágil a sus pies pero invencible y fuerte cuando llego a la cima.
Hace un año me enfrenté a mi primera carrera en la montaña. Me enfrenté a la montaña. Tras varias carreras y entrenamientos a veces sola y otras con el mejor equipo, hoy os digo que ya nunca me enfrento a ella. CORRO CON ELLA.
Y tú, ¿Eres corredor de montaña? ¿Por qué?
Test de producto: BASE 25, vaselina deportiva