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Estamos todos más que acostumbrados a las colaboraciones en Instagram ¿verdad? Aún recuerdo hace años cuando era algo novedoso y todos nos creíamos lo que por aquel entonces decían las “personas influyentes” que después se convirtieron en influencers.
Nacía la nueva forma de hacer publicidad y un mercado que crecería a la velocidad de la luz hasta que nos explotara a todos en la cara.
Las marcas comenzaron a regalar producto o servicio a los influencers por el mero hecho de conseguir ser nombrados en sus publicaciones. Tiempo después, no solo regalarían el producto, sino que además pagarían por esas publicaciones y ahora también por los stories. Menudo negocio este ¿eh?
Pero como estamos cansados de ver este tipo de colaboraciones en Instagram y ya os hablé hace tiempo sobre ello, hoy os quiero hablar de algo más “divertido”. Del qué ocurre cuando un Influencer “la caga” son su colaboración con una marca. ¡Vamos allá!
Colaboraba con la marca Foodspring, especializada en comida “fit” y tras una publicación aseguró: “soy muy mala cocinera, no tengo paciencia y acabo haciendo revuelto de tortitas. Pero la masa estaba buena. Les he puesto Nutella”.
¡Si señor! «Sinceridad» al poder. Y, sobre todo, anunciando una marca de comida baja en grasas y carbo hidratos, hablar de Nutella es lo más saludable del mundo.
Pero ahí no terminó la cosa. Poco después publicó un vídeo, en teoría solo para sus amigos pero que terminó llegando a todo el mundo. En él hablaba sobre las tortitas y confesaba que “sabían a dieta” y que habría gente a la que le gustaría pero que a ella personalmente no.
Una vez más, el negocio de los influencers deja al descubierto que la sinceridad no existe y que las opiniones se compran. En el caso de Marta, no le salió bien esta colaboración.
Y la publicidad encubierta. Esta influencer publicaba hace tiempo unas fotos con unos auriculares inalámbricos con un texto tal que así: “no molestar cuando estoy escuchando música” y una mención a la marca Urbanista. En ese momento no parecía que se tratara de un anuncio de una marca, pero en uno de los hashtags se podía leer #ad.
Y entonces un particular denunció y ¡tachán!, el Jurado de la Publicidad de Autocontrol resolvió que se percibía claramente un propósito comercial en el post. El mensaje vulneraba el artículo 13 del código de conducta del organismo que exige que las comunicaciones promocionales sean transparantes y reconocidas como tales.
Si estáis colaborando con una marca, habéis cobrado por ello o habéis llegado a algún tipo de acuerdo, aunque no sea económico: DECIDLO. La transparencia es un bien muy preciado en las redes sociales hoy en día y como ves, puede jugarte muy malas pasadas.
Pero no es la única que lo hizo. Por desgracia son muchos los influencers que realizan publicaciones de publicidad encubierta. Algo que personalmente, y posicionándome, me parece detestable.
Os dejo un par de ejemplos más: Dulceida publicitando un hotel, y Eduard Torres patrocinando Coca Cola.
Pues manifestando claramente que tu contenido es patrocinado. Algo tan sencillo como hizo por ejemplo Judith Jaso en el que dejaba más que claro que la publicación que os dejo a continuación estaba patrocinada por una marca de belleza.
Así que ya sabéis, si eres (o no) influencer, y quieres hacer las cosas bien, ¡sé transparante! Y sincero. Y si tras una colaboración, el producto o servicio, no es lo que esperabas, dilo. Si la marca opta porque no publiques tu opinión, eso ya será otro cantar. Pero al menos tú, podrás ir con la sinceridad por delante.
Si te ha gustado, ¿qué te parece si lo compartes? 😉 Gracias por leer.