El pasado fin de semana se celebraba la tercera edición de las 24 horas de Vigo (24 VGO), una carrera individual y por relevos “Non Stop”. Peculiar y especial donde las haya porque de primeras pensar en 24 horas corriendo…¡guau! Una carrera pionera en Galicia y diferente, sobre todo diferente a la par que divertida y donde el espíritu de equipo está más presente que nunca.
Todo daba comienzo ya bien entrada la noche del viernes cuando los equipos (de un máximo de 12), montábamos el “chiringuito”, desplegábamos sillas y demás “mobiliario indispensable” para lo que sería nuestra casa durante 24 horas. A la mañana siguiente, con los dorsales recogidos y parte del avituallamiento de ese día, los primeros miembros del equipo se disponían a inaugurar la tercera edición de estas 24 horas VGO. Muchos nervios pero ante todo mucha ilusión por vivir una experiencia como esta con otros tantos equipos donde además de correr, íbamos a convivir y pasarlo bien.
Estrategias, relevos, otros valientes que corrían de forma individual, organización, mucha fruta, a comer, otra vez comer, más bebida…las 24 horas se pasaron de forma veloz aunque la noche, como todas las noches, tuvo la peor parte: hacer frente al silencio, la soledad y el frío es una prueba difícil ¡pero superada!
En nuestro equipo las divisiones comenzaron por fracciones de 40 minutos a lo que más tarde recortamos a particiones de 20 porque ¡para qué negarlo! Se hacía duro correr, cortar un rato, volver a correr…está claro que no es lo mismo correr una media maratón del tirón que correr a tramos durante 24 horas. En la mañana del sábado y domingo se notó mucho, mucho calor. La emoción de ver correr el crono hacia las 24 horas se mezclaba con el sabor agridulce de pensar que la carrera terminaba
23:55…23:56…23:57…23:58…23:59…¡y 24 horas VGO! Imposible describir ese final de carrera con todos los equipos recorriendo la “alfombra roja”. Fotos, más fotos, felicitaciones, alegría, cansancio, sudor y alguna que otra lagrimilla se dejó ver por ahí.
Mención especial merece la organización de este evento ya que en todo momento se preocuparon porque no nos faltara nada, estuvieron muy atentos durante las 24 horas y el trato fue estupendo. Gracias a todos esos voluntarios que a pesar de vernos recorrer kilómetros y salir de la zona de relevos con cara al más puro estilo “Walking Dead”, nos dedicaban la mejor de las sonrisas y nos recargaban las pilas con mucho ánimo. Para mí esta fue la primera edición pero no tengo duda de que no será la última. ¡Repetiré seguro! Hay que empezar a pensar en las nuevas estrategias de equipo ¿o quizás de forma individual? Todo un reto. Pero…nunca se sabe 😉
Test de producto: BASE 25, vaselina deportiva