Trail Fragas do Eume

Trail Fragas do Eume

¿Qué vas a encontrar en este post?

Este año se celebraba la segunda edición del Trail Fragas do Eume en A Coruña y aunque nos pillaba “un poquito lejos”, nuestro compañero Ferchu nos daba alojamiento con lo que ¿por qué no probarlo?

II edición Trail Fragas do Eume

Un trail con fama de paisajes espectaculares y una concentración de público tremenda. No había excusa, tocaba correr.

Hace ya unas semanas visualizaba las dos distancias y dudaba…¿trail corto o largo? Bueno, ya que íbamos hasta Coruña ¡vamos a darle al largo! Me apunté sin dudarlo aunque desconozco en qué momento pensé que el trail largo serían en torno a 24 kilómetros (el mismo día de la carrera y recogiendo los dorsales me daría cuenta de que serían unos cuantos más…)

¿Qué nos esperaba en este Trail Fragas do Eume?

  • DISTANCIA:

Trail largo con 31 kms.

Trail corto con 17 kms.

  • DESNIVEL ACUMULADO:

Trail: 3000m.

Corto: 1500m.

Trail Fragas do Eume

  • TIEMPOS MÁXIMOS:

No había restricciones de tiempo como tal pero sí que a partir de las 6 horas en el trail largo, no apareceríamos en las clasificaciones. Y pueden parecer exageradas 6 horas de trail para 31 kilómetros…pero no, creedme.

  • AVITUALLAMIENTOS:

Trail largo: líquido y fruta en el km 8 (además aquí contábamos con el hándicap de llegar antes de 1:30h o de lo contrario, se nos pasaría automáticamente a la carrera corta y no apareceríamos en las clasificaciones). Líquido, sólido y fruta en el km16. Líquido, sólido y fruta en el km 26.

Trail corto: líquido y fruta en el km 8. Líquido, sólido y fruta en el km 12.

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Y ahora sí que sí, ¡vamos al lío!

Llegábamos a Coruña el sábado por la tarde con un calor que yo jamás había visto por allí. No en vano la predicción era de ola de calor en Galicia ¡y vaya que si se notaba! Con la hidratación reglamentaria a base de Estrella Galicia, había que descansar ya que el domingo a las 7 de la mañana se tocaba diana.

Trail Fragas do EumeNuestro compañero Ferchu salía en el trail corto pero todos juntos pusimos rumbo al trail Fragas do Eume para la recogida de dorsales y reunirnos con el resto de corredores: 257 para el trail largo y 479 para el corto. Increíble la cantidad de gente inscrita para este trail.

Con mi dorsal par ya en la mano descubría que no serían 24 kilómetros sino 31 los que nos tocaba correr. El calor a esas horas era infernal. Apenas eran las 8:30 de la mañana y ya veíamos los 26 grados. Lo íbamos a pasar realmente mal…

31 kilómetros con ola de calor

Esta vez me acompañaba Pablo y sin nervios en el cuerpo, di rienda suelta a mi ritual de vaselina y comprobación de que todo estaba en su sitio con especial hincapié en los bidones de agua. Iba cargada con medio litro de agua a cada lado y pensaba que sería suficiente al menos hasta el primer avituallamiento.

A las 9 daba comienzo el trail y con cabeza como siempre, opté por quedarme al final del pelotón, a #miritmoSLOW, lento pero seguro. Muchos kilómetros por delante y mucho calor. No había que forzar desde el minuto uno…

Con la ayuda de Pablo, siempre guiándome al frente, poco a poco fuimos recortando a algún que otro corredor que se quedaba atrás. El calor era insufrible.

Trail Fragas do eume

Lo cierto es que el paisaje era precioso y durante los primeros kilómetros y hasta que llegamos al primer avituallamiento, recorrimos varias zonas de sombra. Me enamoré especialmente de la bajada previa al avituallamiento donde pude correr como a mí me gusta (de hecho creo que fue el único momento en el que me sentí realmente a gusto).

Primer avituallamiento

Llegamos dentro de esa 1:30h al kilómetro 8 y más que comer ¡necesitaba beber! Había agotado mi litro de agua y esta vez rellenaba las botellas con 500ml de agua y 500ml de isotónica. Estaba sudando muchísimo y necesitaba reponer sales.

A partir de aquí tocaba medir bien las fuerzas porque el próximo avituallamiento no llegaría hasta el km 13,5 (según el perfil que llevábamos en el dorsal) o hasta el km 16 (según especificaba el reglamento).

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Entre el primer y segundo avituallamiento el calor se hizo insoportable. Prácticamente hicimos todo el recorrido sin una pizca de sombra y en el km 12 ya no tenía agua. Contaba con avituallamiento en el km 13,5 pero no llegó hasta el 16. En el km 15 me sentía muy enfadada con la organización y es que creo que en condiciones así, se debería haber puesto un punto intermedio de agua. Sin sombra y en subida, aunque un litro de agua pueda parecer mucho, creedme, en esas condiciones NO LO ES.

Adiós segundo avituallamiento. Rumbo al tercero

Trail Fragas do EumeEn el km 16 debí beber un litro de agua y di buena cuenta de la sandía. Nos encontramos con el coche que recogía a varios corredores que abandonaban y otros tantos que quedaban en el avituallamiento esperando a ser recogidos. En ese momento la temperatura marcaba 33 grados.

No me sentía mal. Habíamos llegado a la mitad y quería seguir. En torno al km 17-18 veíamos a otro corredor que volvía andando hacia el avituallamiento: “correr así es imposible, no voy a llegar”, nos decía.

El abandono en condiciones así es lo más sensato. Cuando el cuerpo te está enviando señales…¡escúchalas!

No recuerdo haber sudado tanto corriendo un trail. Tampoco había bebido tanto. Recuerdo perfectamente que cuando el reloj pitaba en el km 20 ya había bebido más de 3 litros de agua.

Bebiendo más de 5 litros de agua

El paisaje nos daba una tregua y pudimos por fin encontrarnos de nuevo con la sombra y correr junto al río. En dos ocasiones tuve que meter la cabeza literalmente en el agua y he de dar las gracias a “ese señor” que nos cedió amablemente la manguera de su casa para refrescarnos porque creedme cuando os digo que llegar a meta se estaba convirtiendo en un auténtico infierno.

Trail Fragas do EumeMe dio un poco de rabia esta alerta de calor porque ensombreció un poco el paisaje tan espectacular que son las Fragas do Eume. Un paisaje que realmente merece y mucho la pena. ¡Visita obligatoria!

Llegamos al km 26 y ya solo pensaba en esos 5 kilómetros que nos quedaban. ¿Qué eran 5 kilómetros después de 26 de infierno? Eso pensaba.

Comí de nuevo, bebí otro litro de agua, rellené los bidones y tocaba subir hasta el final. Mirábamos el reloj y llegábamos bien de tiempo. Entraríamos antes de las 6 horas de máximo.

Y llegó el golpe de calor

Pero de repente, sobre el km 27-28 comencé a encontrarme muy mal. Era la primera vez que vivía esa sensación corriendo. Me mareaba y sudaba más de lo normal. ¿Deshidratación? Imposible. Estaba bebiendo muchísimo y reponiendo sales. Sabía que no podía ser. Seguía caminando y me olvidaba de correr hasta que me recuperara un poco.

No pude recuperarme. De hecho la cosa iba a peor y tuve que vomitar. Nada grave. Quizás había bebido demasiado y llevaba un movimiento en el estómago al correr que no me había sentado bien. Pero seguía sudando muchísimo y me convertí en un auténtico zombie al más puro estilo de Walking dead hasta que tuve que parar en un par de ocasiones, sentarme, respirar y pensar.

No quería abandonar. Lo que sufrí tenía nombre: golpe de calor. Pero no quería abandonar. Algo que habría sido lo más sensato. Pero ¿A tres kilómetros? Opté por sentarme un rato, relajarme, respirar, beber un poco de agua, isotónica, hablar con Pablo, sopesar opciones. Miramos el reloj y nos olvidamos de llegar dentro de las 6 horas reglamentarias. “Vamos a tomarlo con mucha calma” le dije.

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Sin su apoyo he de decir que habría abandonado, a pesar de mi cabezonería. Nunca me encontré tan mal y solo aquellos que lo hayáis sufrido alguna vez entenderéis lo desagradable que puede llegar a ser hasta tal punto de tener que arrastrar literalmente los pies.

Al final, escuchando la música a lo lejos y la emoción de llegar a meta, parece que mi cuerpo reaccionó un poco, y me dio una tregua. Pude al menos trotar un poquito y llegar andando. Creo que el crono marcaba 6:15 y yo solo pensaba en beber agua.

Solo contabilizaba al principio a 23 compañeras más que salían conmigo a las 9 de la mañana. Apenas 14 llegamos a meta. Supongo que el resto tuvieron que retirarse. Desconozco cuantos abandonos más hubo ese día.

LO MEJOR

El paisaje. Las Fragas do Eume son puro espectáculo y me encantaría volver…esta vez a descansar y no correr.

La organización nos trató bien. Quizás deberían haber sopesado la posibilidad de incluir un par de puntos más de agua y confío en que tomen nota para futuras ocasiones.

LO PEOR

El calor. Algo que escapaba a las manos de cualquiera y que fastidió un poco un trail tan bonito.

En breve terminamos temporada de trail hasta después del verano.

¿Siguientes fechas?

Trail Internacional de Ramboia el 15 de julio con GMTA y Trail nocturno en Boborás de la mano de Trail Galaica.

¡Allí nos vemos!

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